viernes, 27 de marzo de 2009


Este es un pequeño homenaje a un hombre, sin el cual no seria quien soy ahora, gracias a el tuve la oportunidad de ser un poquito mas culto y su historia de vida fue fascinante. Muchas gracias Don pablo Antonio Carranza Gutiérrez "mi Tito"

capitulo 1: Solo

La leyenda de este hombre es inaudita, su nombre Corban, su fecha de nacimiento cerca de los 1900 y tantos, su hogar un mundo retirado de todos los demas mundos entrecruzados. Nació en una cuna de gran pompa, en una familia acaudalada de generaciones atrás, que se mantuvieron aun después de la revolución, "revolufia" como le comenzaron a llamar muchos; infortunadamente fue rechazado desde el primer momento que llegó al mundo, pues nació con dos protuberancias en los omoplatos y unos ojos color ópalo que carecían de brillo humano, sus padres que ya tenían bastantes hijos, optaron por ignorarlo, hacerlo a un lado como cual si fuera un mueble viejo, que solo mantenemos en casa por sentimentalismo. Fue atendido por su abuelo, el cual era completamente ciego y por tanto no se percataba de su aspecto tan poco común, entablando así la única relación familiar que tendría nunca.

Creció rodeado de estantes enormes llenos de libros, manuscritos antiquísimos, un globo terráqueo y una enorme estantería con recipientes llenos de líquidos de diversos colores; y así olvidado en su hogar y preocupándose solamente de las necesidades primarias, guiado por su abuelo y describiendo los símbolos de los libros comenzó a leer a los 4 años, conoció de los grandes imperios, tratados filosóficos, mitologías; tan lejanas de sú mundo en tiempo pero tan cercanas en esencia que tal vez por ello llamo su atención la alquimia y comenzó a buscar en cada librero algún indicio de esta.

- La formula para encontrar la piedra filosofal; vida eterna- se decía siempre al terminar la lectura de los místicos documentos.

Lo que llamaba su atención de esto no era adquirir la vida eterna, mucho menos el oro, sino que era algo que mezclaba ciencia y conocimientos mágicos, al menos en su perspectiva era lo mas cercano a la magia real. Desde este punto de vista, su objetivo era tener conocimientos mágicos que pudieran hacerlo aceptado en su entorno, comenzó a experimentar con los líquidos del más de un centenar de diversas botellitas las cuales desde siempre estuvieron ordenadas de tal manera que a la luz del solsticio formaban un vitral descomunal y amorfo; sin poder obtener ningun resultado en sus multiples intentos.

Transcurrieron los años, su rutina de vida, siempre confinado a un ala de la casa, las tardes con su abuelo; y sus lecturas diarias lo hicieron olvidarse de la piedra filosofal. Una noche en que la luna sonreia con su cuarto menguante, y el espesor de la neblina hacia que pareciera solamente el brillo de un pequeño espejo, su abuelo estaba sentado en su sillón reclinable, fumando y jugando con las volutas de humo, a las cuales les daba las mas diversas formas, y siempre sorprendían a su nieto por la precisión de estas, las cuales iban desde simples aros hasta un galeón español en su travesía por las mares siendo este su favorito. Pero... en un instante, los ojos nubosos del abuelo apagaron, dejando caer el habano a un costado del sillon y con el ultimo aliento dibujose la última voluta de humo en la forma de un ángel hermoso con una daga atravesada en la frente. Su primera reacción, fue tomar la mano de su abuelo entre las suyas, buscando un pulso que no encontró, de pronto, una sensación indescriptible subió por su columna hizo arder su pecho y su rostro comenzó a formar una mueca nueva, cubriéndose sus opalinos y poco comunes ojos con el llanto que el leyó en tantas tragedias y novelas, pero que nunca había experimentado; su padre siempre afirmaba que esto se debía a la carencia de alma de esta "criatura", como se expresaba de él y que en repetidas ocasiones escucho de boca de sus familiares a excepción del hombre que yacía inmóvil frente a él y del cual seguía tomando su mano.

La partida de su abuelo dejo un vacio muy extraño, él solo observo el funeral desde el ventanal de su biblioteca, ya que el anciano fue enterrado en el cementerio familiar apostado en las afueras de la casa, sus padres nunca lo habían dejado salir más alla de la puerta principal, y la partida del viejo no significó la excepción. Corban se percato en ese instante de que el cielo había tomado un aspecto diferente, cual si se hubiera secado, lucia como una capa de hojas secas pegadas en el firmamento transportadas por el viento que se extendían hasta la orilla del planeta, los arboles tomaron el aspecto grisáceo de estatuas monumentales, incluso las flores, las cuales no cambiaron de color, parecieron dejar de respirar, quedándose en una quietud eterna y así se dio cuenta por primera vez que estaba solo.

2 comentarios:

Br3n dijo...

ya quiero ver la parte dos

Celeste dijo...

Sin palabras.. sigamos con la historia porfavor.